Mejor que la cocina del Océano Dorado de Brisas, este restaurante me agrada de pe a pa, con excepción de su cantante de fines de semana pero reconozco que tengo un problema personal con la música viva que no sea jazz, rock o trova, en especial si solamente es para hacer un ambiente "tipo familiar".
Mi platillo favorito: la tostada de marlin. Aunque las quesadillas de cazón también son bastante apetecibles, una rica entrada.
Michelada en su punto, variedad de cerveza y tragos; una terraza que da la impresión de estar de vacaciones, amplio y fresco; con una rica parrilla al aire libre que invita a seguir comiendo más allá de la saciedad. Ricas salsas, porciones moderadas y buena variedad de platillos.
Estacionamiento y Valet Parking sin costo. Hablando de precios, en general me parecen justos. Aún no pruebo ningún platillo de camarones; tengo mis reservas porque en Brisas fue un fiasco y el precio no correspondía para nada a la porción.
El servicio no es excelente a pesar de que los meseros están corriendo todo el tiempo, quizá les falte personal y; ese concepto de que el cliente anota él mismo (o trata de anotar) su orden, en una hoja con recuadros, tras lo cual el mesero la repite en voz alta y hace anotaciones (como por ejemplo"sin cebolla"), resulta poco eficiente y algo tedioso.
Otro inconveniente es que si hace un poco de viento, o de vez en cuando, caen semillas de los árboles y si la sombrilla no cubre bien la mesa podrían llegar al plato. En lo personal a mí no me molesta porque me hace sentir que he salido de la ciudad y adoro las corrientes de viento.
Veredicto final: 9.5
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